Cuando pienso en el Clint Eastwood director, el calificativo que me viene a la cabeza es 'eficaz': Eficaz en llevar a la pantalla con solvencia los proyectos más dispares.
Si en Gran Torino la tarea era difícil pero lograba hacernos cercano un viejo cascarrabias y su aparentemente imposible amistad un un chaval koreano, con Invictus Eastwood nos trae una historia previsible, en la línea de tantas otras grandes gestas heroicas deportivas.
A la gran emotividad que eso ya de por si siempre proporciona sumemosle el trasfondo histórico de la transición del apartheid sudafricano y un personaje carismático como Mandela, y el resultado no puede fallar.
Sólo faltaba añadir algún cachorrito adorable o algún niño huérfano cojito.
- Lo mejor: nada que destacar.
- Lo peor: nada bueno que destacar.