Hará poco más de un mes que descubrí a Bob Log casi por casualidad al
pinchar un enlace en Twitter de @Hank_Solo (que tiene un buen gusto
musical de confianza demostrada). Lo que empezó a sonar me dejó
boquiabierto, y cuando supe que vendría por España, no dudé en sacar
entrada.
Porque los conciertos de mega-bandas, con dos o tres guitarras, baterías
como casas y tropecientos mil watios de luces y sonido están bien, pero
gente como
Bob Log ayudan a reconciliarse con la música y no olvidar las
raíces del Rock.
Embutido en un traje de hombre bala, él solito se las
arregla para tocar la guitarra/banjo más un bombo y pandereta con sendos
pedales y operar una caja de ritmos, todo acompañado de esa voz que con
el casco y el auricular de teléfono parece surgida del centro de la
Tierra.
Musicalmente, su estilo speed-blues con sabor sueño me apasiona. Aunque
no sea blues clásico, tiene una crudeza y una autenticidad que llega a lo más profundo.
Con la cercanía que permite actuar para doscientas personas (tirando por
lo alto) y en apenas una hora y cuarto,
Bob se metió en el bolsillo al
personal jaleando con su español chapurreado, entre cervezas,
high-five a
las primeras filas, un paseo entre público hasta el baño y hasta una canción con dos chicas
sentadas en sus rodillas.
Sin duda, un conciertazo y un tipo a seguir
muy de cerca de ahora en adelante.
YEAH MOTHERFUCKERS!
(Perdonen el lamentable audio del móvil, en vivo era gloria bendita el cañonazo que pegaba el bombo)