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Duelo de baterías entre Will Ferrell y Chad Smith.

Hace poco Will Ferrell anunció que conocería a Chad Smith, batería de Red Hot Chili Peppers. La gracia está en el más que razonable parecido entre ambos, que dio lugar a las más o menos típicas bromas de confusión durante su encuentro en el show de Jimmy Fallon.
Posteriormente Will y Chad (o como decía el cómico, Wad y Chill) se batieron en un duelo de baterías, en el cual Will hizo un claro play-back pese a contar ya con cierta "experiencia" en el asunto de la batería desde su película Step Brothers.
El duelo se remató con los RHCP al completo interpretando Don't Fear the Reaper y Will Ferrel, cómo no, al cencerro. Mítico.

In NY city.

A salvo, abrumado, como un niño en una tienda de juguetes, en un sueño, en un plató de cine, en el centro del mundo... feliz. Todo eso y mucho más.
 

Cochinadas en un avión

Por fin pude hacer realidad mi fantasía: ¡hacer cochinadas en el baño de un avión!
La maniobra es más delicada que aterrizar guiado por un controlador aéreo a fin de mes, a saber:


Uff, yo ya no aguanto más. ¿No esperamos a llegar al apartamento? Yo creo que no, prefiero hacerlo aquí. ¿Delante de todo el mundo? Noooo, en el baño. Venga, pues aprovechamos ahora que no hay nadie. Vamos cariño, entra tú primero, rápido. ¡Pero qué pequeño es esto! A ver, ponte ahí y levanta las piernas. Muévete un poco, ¡no tanto! No toques nada que está sucio. Deprisa, que a lo mejor hay gente esperando ahí fuera. Como venga la azafata a quejarse...
Vamos, colabora un poco. Mira que como vengan turbulencias y haya que volver rápido al asiento... Un poquito más. Así. Bien. ¡Ya está, he terminado! Quieta un momento que hago una foto con el móvil, esto hay que inmortalizarlo.
Hala hija, vuelve al asiento con tu madre que ya te he cambiado el pañal sucio...

¿Es o no es suficiente cochinada para ser admitido en el Mile High Club?

Vuelta y vuelta

Vuelta de Berlín y vuelta al trabajo.
Todavía no he tenido tiempo de poner orden y lavar la cara a las casi 700 fotos que me he traído. Sí, disparo compulsivamente y Berlín invita a ello. Cada paso es una vista de postal: un edificio antiguo en Unter der Linden, uno ultramoderno en Potsdamer Platz, un parque, una estatua, un característico semáforo, un muro, un muro que ya no hay, un pirulí al fondo, una iglesia o un museo.

Decenas de fotos de la puerta de Brandenburgo ( ¡qué dificil es encontrar a alguien que consiguiera sacarnos a nosotros y a la puerta a la vez!), del clásico exterior y moderno interior de Reichstag, de los conejos que corretean por el Tiergarten, del turistizado Checkpoint Charlie, del viaje al pasado en el increíble museo de Pérgamo, del sobrecogedor campo de concentración de Sachsenhausen, del coqueto barrio de Spandau, del más coqueto aún Nikolaiviertel, de la torre de TV y el desayuno tomado en su comedor giratorio, del Berliner Dom y su mirador, de termómetros marcando 35º (aproximadamente la mitad de temperatura de a la que sirven el café), de las terrazas, de las múltiples y variadas jarrazas de cerveza, de salchichas y más salchichas.

En un par de semanas, a la playita a descansar de verdad.

Ich Bin Ein Berliner

En breve comienzo la primera parte de mis vacaciones, disfrutando de unos días en Berlín, "ohne baby".
Sé desde ya mismo que me voy a encontrar como en casa en una ciudad que tiene pirulí y un oso como símbolo, además de cervezas y curry wursts.

Para los minutos musicales, como me niego a poner esa moñada de Take my breath away que salía en Top Gun, he encontrado este gracioso vídeo de la inefable Nina Hagen (-Dazs :) versioneando a los Monkees.

Auf wiedersehen!

Sole, pizza e amore

Si algún día, como miles y miles de personas, pasáis por la playa de Gandía, ese gran centro turístico y cuna de la Fideuá, no dejéis de probar las pizzas del restaurante Spiaggia: posiblemente las mejores pizzas que he comido, y a precios irrisorios.
A currar.



Le cabó del miedó

¡Por fin llegan las vacaciones!

Y qué hay mejor para relajarse y apartarse del mundanal ruido que pasar unos días en un barco por las tranquilas aguas de un río ....Que se lo pregunten a la familia Bowden!!

Me voy con toda la familia a navegar por los ríos y canales del sur de Francia.
Suena bien, pero después de ver las enormes bolsas de preparativos que debemos llevar debido a las precarias condiciones de la vida a bordo, esto del turismo fluvial no deja de ser un jodío camping, sólo que en fisno y flotante.
A la vuelta os cuento qué tal los Burdeos (llevamos provisión de Rioja por si acaso), los foies y los quesos.

Recordatorio: mirar bajo el coche antes de salir.

Souvenirs gastronómicos

Siguiendo la costumbre, me he traído algunas viandas de París, para degustar y repartir.
Principalmente quesos. Aunque los traje metidos en bolsas dobles, vaya aroma desprendía la maleta al abrirla... Este es el lote "unitario":


Nada de delicatessen, comprados en el super del barrio, pero muy ricos como ya pudimos probar anoche en la cena.

Además, y sin foto, un par de tipos de patés (uno tipo mouse de foie y otro que casi parece cabeza de jabalí, con trozos gruesos), otro par de mostazas (una típica de Dijon cremosa y otra a l'ancienne con los granos enteros) y unos paquetones de 120g de hierbas provenzales Ducros tirados de precio.
Ah, y a petición de Mastropiero, variadas tabletas de chocolate compradas en las galerías Lafayette.

En cuanto se acabe todo, a dieta, lo juro.

Vuelta a L’Espagne


ACTUALIZACIÓN:
Pues nada, que ya estoy aquí otra vez.

París muy bien, mejor de lo que me pensaba: grande (enorme), bonito y con un montón de sitios pintorescos famosos ...aunque sigo pensando que Roma es más romántica. Quizá un poco sucio, y con el tiempo excelente que ha hecho demasiado caluroso, porque la mayoría de los sitios no están preparados y eran auténticos hornos.

Los franceses más simpáticos de lo que me imaginaba. He oído bastantes veces de gente con malas experiencias al intentar hablar inglés. Yo por suerte no he tenido ningún problema, aunque por precaución procuraba siempre iniciar las conversaciones con un saludo chapurreado en francés.

Y la comida, oh la la! Ni mi presupuesto me lo permitía ni tenía ganas de gastarme grandes cantidades, cosa que de todas formas ocurre fácilmente en cuanto se pide un vino que no sea una jarrita de vin du jour, pero incluso en los sitios turísticos del barrio latino o la Place du Tertre con módicos menús prix fix se comen platos que no son de alta cocina pero (o "y que") están buenísimos: soupe a l'onion, confit de pato, fondue de quesos, coq au vin, arenques, patés, quesos en perfecta maduración...
Por no hablar de creppes (en restaurante, no las de la calle que son más burdas y generalmente no recién hechas) saladas y dulces, acompañadas de sidra natural normanda, tan finas que se las llevaría el viento. Nota: acabo de descubrir en la red que por pura casualidad encontré unas de las mejores creppes de París: La Crêperie des Canettes, no en vano fui dos veces.
Claro que para ligeros, los croissant y pain au chocolat recién hechos de las mañanas.
Hasta en el comedor del trabajo había una calidad que ya quisiéramos aquí: lomos de salmonete desespinados recién hechos a la plancha, magret de pato, pizzas con queso de cabra, más quesos de postre, pastel de ruibarbo (riquísimo, aunque al principio pensé que había cogido una especie de quiche con espárragos verdes porque ese era el aspecto, ignorante de mí)... Todo con buenos productos y buenas elaboraciones, nada de pasadísimos macarrones con tomate y filetes como suelas de zapatos.

Y del trabajo, para qué hablar.

Viaje a París

Pues eso, que me mandan diez días a París a trabajar.


No cuento con poder ver mucho en los días laborables, y justo el fin de semana acaba el maldito Tour de Francia y me imagino que toda la zona de los Campos Elíseos y Arco del Triunfo estará impracticable, pero espero poder dar una vuelta por los lugares más emblemáticos de Lutecia.

A ver si al menos el aspecto gastronómico me da alguna satisfacción.
Ya os contaré.

De gira por París

La vida de la estrella de rock es dura; hoy aquí, mañana allí, la semana que viene en París... Pero hay que trabajar.

En París se grabó el concierto Let There Be Rock en el '79.
Un concierto irrepetible, no sin incidentes: a Bon se le rajaron los ajustados pantalones al agacharse en Hell Ain't A Bad Place To Be y prácticamente enseñaba la huevada durante todo el concierto, y a Angus se le rompió una cuerda en Whole Lotta Rosie y tuvo que cambiar de guitarra rápidamente sin tiempo a ponerle la correa, que pusieron momentos después durante del punteo. No es de extrañar que hubiera de recurrir a una mascarilla de oxígeno en medio de Rocker para afrontar el paseillo entre el público a hombros de un sufrido roadie, ¡¡mientras otro más cuidaba del CABLE de la guitarra!!. Qué tiempos aquellos de Live Wires.

Quién iba a decir que menos de un año después Bon ya no estaría con nosotros, aunque sus palabras en aquellos días no presagiaban nada bueno: 'I'm a special drunkard. I drink too much'. Y Angus 'I'm the 3rd World War'. Qué chicos más malos.

El bueno de Bon, genio y figura, cómo encadenaba Hell Ain't A Bad Place To Be con una Sin City dedicada a París. Claro que, con Bon cualquier ciudad se convertía en la ciudad del pecado...


Grande Casillas

Estoy yo hoy con el orgullo patrio por las nubes: después de pasar el fin de semana en Córdoba, magnífica muestra y recordatorio del que es probablemente el momento más grande de nuestra Historia: cuando les dimos la patada en el culo a los moros, ayer Iker Casillas (a.k.a. El Gato de Móstoles), imbuído del espíritu de los mostoleños que hace ahora 200 años dieron la patada a los gabachos, hizo lo propio con los italianos.


No es que vayamos ahora a echar las campanas al vuelo por pasar de ronda justitos justitos en los penaltis, pero tampoco es moco de pavo, que hacía 24 años que no lográbamos algo semejante...

Arte urbano

Curiosa pintada. Al principio no la entendía pero luego he reparado en esa nota musical y ya le encuentro un sentido, mas aún teniendo en cuenta que la foto está tomada en San Sebastián, origen de cierto grupo que puede darse por aludido...

Lunes ...same as it ever was

Qué duros son los lunes, y más después de una intensa escapadita a San Sebastián que deja el espíritu renovado pero el cuerpo un poco perjudicado...
Os dejo ésta Once in a Lifetime de los Talking Heads que no sé por qué se me ha venido a la cabeza.


La 'versión' de los Smashing Pumpkins, un alarde de sus peores defectos, la enlazo para los muy valientes...

San Patlicio

Con un poco de retraso entre que organizaba las fotos, os deseo un felíz día de San Patricio brindando con una pintita de Guinness. Salud.


5 días en Pekín (fin)

5 días me han sobrado para llegar a dos conclusiones: los viajes de trabajo no son agradables, y Pekín no es mi sitio ideal para unas vacaciones.

UPDATE (19/3/2008)
Sólo unas cositas que me han llamado mucho la atención:
  • A ellos también les parecemos iguales todos los occidentales (al menos, el guardia de inmigración se tomó su tiempo para comprobar que la foto de mi pasaporte se correspondía con mi jeta).
  • A ellos (al menos, a los que sólo hablan/escriben chino) las letras occidentales también les parecen símbolos extrañísimos.
  • Mito derrumbado: trabajar como un chino. En las oficinas que visité llegaban a las 9 y hacia las 17.15 salían pitando porque perdían el autobús de la ruta. Ah, y con una siestecita encima del teclado que ríetete tú de la famosa Siesta Española. Por desgracia no pude disfrutar de ese agradable horario porque el ritmo de trabajo lo marcaron unos ciudadanos de nuestro querido país vecino...
  • Mito derrumbado: engañar como a un chino. Siempre salen ganando en los regateos...

Amanecer en Pekín


Esta estampa tipo Blade Runner es permanente.
La ciudad parece limpia de basura y papeles, pero hay una mugre general producida por la enorme polución que continuamente cubre Pekín: el cielo nunca deja de ser gris plomo y los enormes edificios se pierden rápidamente en apenas dos o tres manzanas de distancia (como lágrimas en la lluvia :)

5 días en Pekín

Parece definitivo. Ya tengo los billetes. Si mañana consigo el visado, me voy (me empaquetan) a Pekín 5 días. Y si además consigo un hotel podré dormir en cama y todo.

Hasta el sábado, este blog estará dedicado a ese maravilloso país. Después ya veremos...

Souvenirs gastronómicos

El turismo gastronómico no sólo consiste en descubrir y disfrutar de la comida del destino del viaje, también es muy interesante poderse traer productos típicos (mejor en mercados o supermercados de barrio que en las tiendas para turistas) que podamos disfrutar en casa tiempo después. Lo malo es que, tarde o temprano, se acaban.
Así que he decidido inmortalizar en este post los productos que me traje de mis recientes vacaciones en Roma:

Empezamos con unos paquetes de tomates y funghi porcini secos. No os podéis imaginar el olor a funghi que sale del armario de la cocina cada vez que se abre, impresionante. Los tomates, a falta de una idea mejor, sólo los he usado por ahora como guarnición de carne, rehidratados y pasados rápidamente por la sartén. Los funghi los reservo para un risoto.

No me pude resistir a comprar este vinagre de tomate. Es muy aromático y de poca acidez, parecido a un balsámico, pero el toque a tomate se nota. Para unos tomates aliñados o cualquier ensalada en general, genial.

Estos patés de aceitunas negras y verdes no son difíciles de preparar en casa, pero la verdad es que están muy buenos, con un sabor muy intenso.

Más sorprendentes fueron estos envases de battuto (algo así como picadillo), uno de aceitunas con alcachofas (verdura muy típica romana) y de aceitunas con anchoas y alcaparras el otro. Muy buenos los dos, pero quizá más el de alcachofas.

Por último, y que los más puristas me perdonen, estos sopicaldos (a.k.a. caldofrán) de funghi porcini que desprenden un olor espectacular. Me traje los últimos del supermercado, pero habría arrasado con todos los que hubiera encontrado. Junto con los funghi secos, creo que producirán unos risotos potentes.
Como resultado, esta fuente de bruschettas variadas la mar de resultona (con algún resto de queso y foie que rondaban en la nevera):
Para beber, un vino blanco bien fresco (no necesariamente un Frascati).