Into the wild

Into the wild (Sean Penn, 2007) recrea la historia verídica de Chris McCandless, un chaval norteamericano de familia acomodada que después de licenciarse en la universidad abandonó todas sus posesiones y hasta su identidad para embarcarse en una aventura hacia Alaska.
Bien realizada, bien interpretada, con una emotiva B.S.O. de Eddie Vedder, es una buena película, pero sobre todo es una película que me ha hecho pensar bastante sobre ella.


En un primer momento tuve envidia y admiración por Chris, que valientemente deja atrás lo que seguramente sería una vida fácil e inicia una aventura solitaria hacia la naturaleza salvaje acompañado de las baladas de Eddie.

Sin embargo a medida que avanzaba la película fui cambiando de opinión, pareciéndome cada vez más antipático e importándome menos lo que le pudiera pasar.

SPOILERS (pequeñitos)
Supertramp (su nombre de vagabundo) supuestamente está asqueado de una sociedad vacía y consumista, y por ello abandona unos padres le quieren (aunque se peleen entre ellos), una hermana que lo idolatra, y aún más, una serie de personas que se va encontrando por el camino que increíblemente (demasiado, diría yo) lo acogen como a un verdadero hijo, llegando incluso a proponerle la adopción en una emotiva escena con Hal Holbrook.
Cuando le llega el momento de lucidez, esta pasando penurias en medio de la nada. Como se suele decir: para este viaje no hacía falta alforjas.
FIN SPOILERS

Y me pregunto: ¿Quién es más valiente, aquel que abandona todo y a todos para vivir una vida difícil y solitaria pero sin ataduras, o aquel que afronta la vida que le ha tocado vivir y asume su papel en sociedad, también con sus no pocas dificultades?

7 comentarios:

Lillu dijo...

Hmmm no he leído más que el primer párrafo porque me han dado ganas de verla. Y si la dirige Sean Penn, pues más. Ya comentaré :)

saluditos!

Unknown dijo...

Mi reacción fue similar. Una cierta simpatía inicial por el personaje fue dando paso a una creciente irritación y al final prácticamente estaba deseando que se lo comiera algún oso.

Mientras la veía me acordé del extraordinario documental de Werner Herzog Grizzly Man. Otro caso caso de idealismo extremo que acaba fatal. Peor aún, porque su irresponsabilidad le costó la vida a otra persona.

Iñaki dijo...

Totalmente de acuerdo en ambos puntos, Matropiero. Parecemos hermanos.

Anónimo dijo...

La frase con la q cierras es simplemente genial. Y me hace recordar el Be Water My Friend.

Angus dijo...

¡¡Pues gracias!! Qué pena que firmes de anónimo, me gusta conocer a mis fans :)

Anónimo dijo...

Es q soy nueva en la blogosfera y a veces tambíen un poco lenta en el aprendizaje de cómo funciona todo esto... pero no me oculto, aunque firme a veces de anónimo. Si me das tu permiso, te linkeo en mi propio espacio. Me exploraré tu blog entero, y lo añado como nuevo gran descubrimiento.

Angus dijo...

Claro, será un placer.