Joder, Iñaki

Joder, Cristina, te salió rana tu príncipe azul-grana.

No me lo podía creer pero yo te hice mujer
o eso me decías, y tú no mentirías, que no es cierto que corrompa el poder.
[...] ¿Quién se lo iba a creer? Zarpaste al amanecer, hacia el proceloso mar
del protocolo que te da de comer.
Suéltame a la vida, no me ates, no me envuelvas, no me tientes, inocente, no me busques que me encuentras.
Súbeme a tu barco velero, ¿no ves que me muero por ser marinero? Pero...
Joder, Cristina: suéltame a la vida
Joder, Cristina, por Dios,
suéltame a la vida,
suéltame al dolor.