Recientemente he terminado de leer Cañas y Barro (Vicente Blasco Ibáñez, 1902), gran obra de la literatura española y detallado relato costumbrista de la dura vida en la albufera valenciana de finales del s. XIX.
Dejando a un lado la trama trágica (más terrible, si cabe, leyéndola en coincidencia con el día del padre), una de las cosas que más me ha llamado la atención de la novela es la descripción de los moradores de la albufera. Estos orgullosos pescadores se tenían por los genuinos dueños de las lagunas de la albufera, y miraban con desprecio a aquellos que optaban por ganarse la vida trabajando embarrados en el incipiente negocio del cultivo del arroz, todavía lejos de convertirse en el icono de la gastronomía levantina que es hoy en día.
Un auténtico habitante de El Palmar sólo comería de aquellos pescados que le surtía la laguna (insípidos y barrosos como reitera el autor) y alguna que otra ave que buenamente pudiera cazar furtivamente.
Es por ello que en la novela apenas se mencionen las paellas pero sean frecuentes los pucheros y guisos de pescado, como el all i pebre de anguila.
Pues manos a la obra.
Inspirándome aquí, allí y más allá, y un poco de improvisación como es habitual en mí, he perpetrado este all i pebre de congrio. A falta de anguila, se me ocurrió usar lo más similar que nos brinda el mar: también pez aserpentado, fibroso y de piel escurridiza.
La salsa all i pebre es básicamente, como su nombre indica, una ajada con guindilla a la que se añade generoso pimentón y que se engorda con un majado de almendras y, en mi caso, un poco de pan frito (que me pega a mi que se suele poner en estos majados).
Las patatas son opcionales pero muy indicadas para saciar a quienes sean poco amigos del pescado...
El resultado es muy sabroso y recuerda a un marmitako. Los trocitos de almendra del majado le dan un toque muy especial.
Las patatas son opcionales pero muy indicadas para saciar a quienes sean poco amigos del pescado...
El resultado es muy sabroso y recuerda a un marmitako. Los trocitos de almendra del majado le dan un toque muy especial.
3 comentarios:
Plas, plas, plas!
Su, ¿eso son unos sonoros sopapos o un aplauso? :)
Desde aquí parece all i pebre, ciertamente
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