Sonisphere (Getafe 2012). Parte I.

Bueno, a ver si pongo algo por escrito del Sonisphere antes de que se me olvide todo. Por supuesto, y como siempre, es mi opinión totalmente parcial y subjetiva.

Viernes 25-5-2012
Llegada a Getafe directo desde el trabajo y caminata de rigor, consecuencia de aparcar el coche a tomar por saco (y aún tuve suerte) y un recinto enorme y mal organizado que tiene una sola entrada y unas vallas que obligan a dar unos rodeos innecesarios, pero en fin, un par de cervecitas por el camino para aplacar la sed y listo.
Un recorrido por la explanada para localizar la venta de tickets de bebida, ver los puestos de merchandising y me senté a descansar y a esperar a algunos amigos. Yo iba por solo por Soundgarden, así que no presté mucha atención a los grupos que en esos momentos sonaban. Lo siento, pero es así.
Por curiosidad, me acerqué a ver un poco de Limp Bizkit, que suenan potentes pero la cagan en cuanto el cantante, vestido con algo a medio camino entre una batamanta con publicidad y un mono de F1 cinco tallas más grande, abre la boca y empieza a rapear. Nada, unos pesados.

Y en esto que, esperando a los amigos tardones, dio la hora en que empezaban la prueba de sonido en el escenario #2 Kyuss Lives!, a quienes sí tenía bastantes ganas de ver. Kyuss (pronúnciese como si rimara con garbanzus) era una banda de stoner rock de donde salieron nada menos que Josh Homme y Nick Oliveri para formar Queens of the Stone Age (que casualmente también actuaron en el Electric Festival 2008 en el mismo recinto) y estos Lives! son el resto miembros del grupo que decidieron continuar. Los he escuchado en disco y, sinceramente, no me terminan de convencer. En directo me gustaron más, para pasar un rato agradable escuchando buena música con un mini de cerveza fría en la mano.

Los siempre efectivos Offspring.

A punto de terminar éstos, y reunido ya con algunos amigos, me fui hacia en escenario principal donde estaban a punto de empezar Offspring. No se trataba solo de ir ganando posiciones hacia el escenario en preparación para Soundgarden, no. Es que Offspring son un clásico por méritos propios y ya me sorprendieron gratamente en su actuación del Electric 2008 que comentaba antes, con un directo potente, divertido y repleto de canciones sobre todo de sus grandes éxitos Smash y Americana, que aunque no quieras acabas cantando y coreando. Muy, pero que muy, buenos.


Por suerte, en cuanto terminaron Offspring hubo una desbanda en busca de bocatas que permitió acanzar hacia el escenario hasta casi alcanzar el dichoso pasillo de seguridad que además separa la zona VIP del resto de los mortales. Buena situación de cualquier modo.
Las espera a Soundgarden se hizo pesada, con muchas ganas pero también con mucho cansancio en el cuerpo, y retraso de la banda. Pero en cuanto aparecieron los de Seattle todo mereció la pena.

El sonido algo deficiente en las primeras canciones, bajo en general y de guitarra en particular, pero que fue mejorando según avanzaba la actuación, no impidió que gozara viendo a aquellos ídolos a los que durante años pensé que no vería. Chris Cornell con su asombrosa voz, Kim Thayil efectivo a la guitarra, Ben Shepherd potente al bajo pero bastante más estático que antiguamente, sin realizar sus histriónicos aspavientos, y sobresaliendo por encima de todos, Matt Cameron. Qué espectáculo el de este hombre. Con su pelo a flequillo y su cara de niño bueno, hay que ver cómo le pega a la batería. Porque no la toca, la pega con ganas y con toda la energía de su cuerpo. Sin tener un kit especialmente grande (¿verdad, Lars?) Matt consigue ser el centro de atención, con su particular estilo y ritmos poco habituales.



El setlist, corto pero efectivo, aunque claro, Soundgarden no tienen canción mala. Personalmente me quedé con muchas ganas de oír mi favorita, Mind Riot.

Setlist Soundgarden.
En general, buy buena sensación y buen sabor de boca con un final apoteósico lleno de distorsiones y delicioso ruido. 
Una noche para el recuerdo y una cosa tachada de la lista de 'Quizá algún día...'.


Era el momento de descansar un rato donde buenamente se podía y reponer líquidos. Al poco rato comenzó Machine Head y, tras escuchar un par de canciones a lo lejos, enfilé el largo camino de vuelta hacia el coche, esta vez con el frescor de la madrugada pero mucho cansancio encima, y además tenía que madrugar. El sábado me esperaba un día intenso.

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